domingo, 7 de octubre de 2007

Promesas del Este

Título original: Eastern Promises.
Dirección: David Cronenberg.
Guión: Steven Knight.
Reparto: Viggo Mortensen, Naomi Watts, Armin Mueller-Stahl, Vincent Cassel, Sinéad Cusack, Jerzy Skolimowski.


Últimamente cuesta ver películas sobre mafia, sobretodo buenas. Este milenio hemos visto muy pocas que valgan la pena; por suerte, Scorsese nos regaló Infiltrados, pero poco más hay, la verdad. Quizá algún producto puntual que no pasa de intersante, como pueden ser Ases calientes y La prueba del crimen. Pero parece ser que, desde Spider, Cronenberg ha trasladado su estudio de la psique humana a asesinos mafiosos, puesto que, ahora que se ha estrenado Promesas del Este, Una historia de violencia no queda aislada.

Hay varios puntos en común entre ambas. Primero, y básico, el tema de los mafiosos. Segundo, la violencia brutalmente realista; de la anterior destaco la escena del atraco, que es la base del filme, y de ésta, el impresionante degüelle inicial. Y tercero, el protagonista; además de que ambos están interpretados por Viggo Mortensen, los dos son tipos duros con un secreto (que en este caso se descubre ya casi al final, aunque en Una historia de violencia era el conductor del hilo argumental).

Anna es una comadrona que trabaja en un hospital de Londres. Después de que muera una adolescente rusa con marcas de violencia tras el parto, decide traducir su diario para que su hija pueda vivir con su familia. En su búsqueda, llega a un restaurante de la mafia rusa, para la que trabaja como chófer Nikolai, quien se siente atraído por ella. La historia se divide entre la investigación de Anna y el ascenso en la familia de Nikolai y, finalmente, ambas partes convergen.


El guión de Eastern Promises es muy bueno. El protagonista es un personaje interesantísimo, tanto por sus muchas facetas (que mejor no revelo, porque descubrirlas en su momento es de lo mejor del filme) como por su astucia, que se cuida mucho de no revelar hasta que le conviene, y que hace avanzar la trama de un modo muy típico de las películas del género. No me quejo de falta de originalidad, sino que aplaudo esta mayor incursión del cineasta en la mafia. La actuación de Viggo Mortensen es magnífica; parece ser que se quiere convertir en un De Niro. No lo conseguirá en el sentido de la capacidad de actuación, claro, pero por lo menos se prepara los personajes, como en Alatriste. Por cierto, y por si a alguien le interesa, aquí tiene una escena de pelea en huevos, que personalmente me ha parecido bastante desagradable. El resto de actuaciones son muy buenas también. Destaco a Armin Mueller-Stahl, el jefe de la familia, y a Jerzy Skolimowski, el tío de Anna. Vincent Cassel también merece una meción, interpretando al típico príncipe impetuoso, en plan Sonny, pero que además se nos revela homosexual reprimido. A Naomi Watts, sin embargo, la hemos visto mejor, la verdad.


He olvidado hablar de la ambientación, que es otro de los puntos fuertes; se nos presenta un Londres oscuro, sórdido, en los barrios más apartados de la ley. Una pega de la película es el final, abrupto, cuando siendo más extenso habría quedado mejor. De cualquier manera, Promesas del Este es una excelente muestra de que el cine de mafiosos no está muerto, y de que aún puede soprender.

Valoración: 7,5/10.