miércoles, 28 de noviembre de 2007

Beowulf

Título original: Beowulf.
Dirección: Robert Zemeckis.
Guión: Roger Avary, Neil Gaiman.
Reparto: Ray Winstone, Anthony Hopkins, Brendan Gleeson, Robin Wright Penn, Crispin Glover, Angelina Jolie, Alison Lohman.


Me gusta el 3D. No me canso de decirlo. Me parece una maravilla, por el asombroso parecido que se puede alcanzar con seres y objetos reales mediante su uso, unido a que los muñecos animados pueden hacer de forma espectacular, casi creíble, lo que en un personaje real parecería irrisorio. Cuando vi el tráiler de Beowulf -que la vendía como una obra insultantemente deudora de 300-, pensé que tenía que verla, obligatoriamente; que visualmente era algo nunca hecho.

Y es que sólo se había usado el motion-capture, que me conste, en la nefasta Final Fantasy y en Polar Express, de Zemeckis (que creo que quiere hacer todas sus futuras películas de tal modo), protagonizada por Tom Hanks. Bien: lo importante es que la animación de Beowulf, a pesar de lo bien que entra por los ojos en un primer momento, no es una maravilla. Vale, mola, pero el reparto computerizado desaprovecha las oportunidades del repartazo que se gasta el filme: Ray Winstone básicamente pone la voz, Robin Wright Penn está rarísima, lo mismo que John Malkovich, con unos ojos más singulares que nunca. Además podemos "ver" al gran Anthony Hopkins, al gran Brendan Gleeson y a la gran (por otros motivos, ¿eh?, ¿eh?, ¿eh?) Angelina Jolie, y ninguno de sus personajes llama especialmente la atención. El mejor, sin duda, Crispin Glover, que interpreta a Grendel. Repulsivo y genial.


Por suerte, y es esto lo que salva la película, contamos con unas cuantas escenas de acción impresionantes, míticas quizá. Destaco el combate de Beowulf contra los monstruos marinos, que me recuerda irremediablemente al videojuego God of War, y la más extensa lucha contra el dragón; ambas flipadísimas, pero tremendas aunque, como digo, parezcan CGs de un juego. La pelea que no llama la atención tanto es la de Beowulf contra Grendel: el protagonista se pega con el demonio en pelotas. Vale, hasta ahí bien. Pero claro, una chorra digital puede herir las sensibilidades del público, así que el director la va escondiendo con ingeniosos procedimientos, como pueden ser la colocación de un casco tapando la masa testicular, o interminables planos de las nalgas. Que digo yo, ¿qué costaba meter por ahí un taparrabos? En fin. Aparte de las luchas, a destacar la aparición del personaje de la Jolie; toda la parte de la cueva merece ser recordada.

El guión tampoco es una maravilla que digamos. La historia avanza lentamente, tomando fuerza desde la aparición de la bruja; a pesar de que el motor de la película hasta este punto es Hopkins, la cosa no convence, aparte de lo ya mencionado. Nos encontramos además con unos diálogos en bastantes puntos ridículos; el protagonista llega a repetir la frase "Yo soy Beowulf" (con ligeras variaciones, como puede ser "Yo, Beowulf") alrededor de diez veces; me creo que los héroes se las tienen muy creídas, pero con tres me queda claro.

Lo mejor es el tono desmitificador. Durante todo el metraje, las hazañas de Beowulf se van aligerando con respecto al poema -a pesar de los movimientos superheroicos, que no molestan precisamente-; la última media hora, correspondiente a la vejez del protagonista, es el mejor segmento, mostrándonos a un Beowulf hastiado, culpable, con un secreto terrible.


Nos encontramos, en defintiva, con una obra que debe mucho en cuanto a ambientación a Las dos torres (el personaje de Malkovich es Lengua de Serpiente, así, simple y llanamente), a El guerrero nº13 e incluso a El imperio del fuego (no, no por los dragones; la teórica celebración de la derrota de Grendel es clavada a una de esta) y que visulamente puede gustar mucho, resultar indiferente o no gustar, pero que indiscutiblemente cuenta con varias escenas sueltas impresionantes, y con un tono de desmitificación totalmente apropiado. En fin: que donde se pongan la rotoscopia linklateriana o el 3D puro, que se quite lo demás.

Valoración: 6/10.

sábado, 24 de noviembre de 2007

16 años sin Freddie Mercury

Aunque la entrada no tenga nada que ver con la temática general del blog, me considero moralmente obligado a dedicar este ínfimo y más que típico homenaje al mejor vocalista de la puta historia de la música.


Empty spaces, what are we living for?
Abandoned places, I guess we know the score.
On and on, does anybody know what we are looking for?

Another hero, another mindless crime,
Behind the curtain, in the pantomime.
Hold the line, does anybody want to take it anymore?

The show must go on, the show must go on,
Inside my heart is breaking,
My make-up may be flaking

But my smile still stays on.

Whatever happens, I'll leave it all to chance,
Another heartache, another failed romance.
On and on, does anybody know what we are living for?

I guess I'm learning, I must be warmer now,
I'll soon be turning, 'round the corner now.
Outside the dawn is breaking,
But inside in the dark I'm aching to be free.

The show must go on, the show must go on,
Inside my heart is breaking, my make-up may be flaking
But my smile still stays on.

My soul is painted like the wings of butterflies,
Fairytales of yesterday will grow but never die,
I can fly, my friends.

The show must go on, the show must go on,
I'll face it with a grin, I'm never giving in, oh, with the show.

I'll top the bill, I'll overkill,
I have to find the way to carry on
With the show, with the show...

The show must go on, go on, go on...

lunes, 19 de noviembre de 2007

Stardust

Título original: Stardust.
Dirección: Matthew Vaughn.
Guión: Jane Goldman, Matthew Vaughn (novela: Neil Gailman).
Reparto: Charlie Cox, Claire Danes, Michelle Pfeiffer, Mark Strong, Robert De Niro, Kate Magowan, Melanie Hill, Sienna Miller, Jason Flemyng, Peter O'Toole, Ricky Gervais.


Me quejo siempre que puedo de que ya no se hacen películas de fantasía (buenas, porque bazofios a lo Eragon no faltan); de hecho, hace un par de semanas dediqué un post a Cristal Oscuro y Dentro del laberinto, dos títulos míticos, en que hablé de ello. Con tacos y todo. Incluso estoy escribiendo el guión de una película fantástica en tono de burla cabrona, homenaje en plan Sin perdón (pero casero, claro) al género, pero sobretodo a La princesa prometida y a El ejército de las tinieblas, así como a la mejor saga de videojuegos de la historia, Final Fantasy. A quien me pregunta le comento que revolucionará el género dentro de diez años, y se creen que lo digo en coña. En fin; se me va la cabeza, pero lo que venía a decir es que Stardust me jode bastante las esperanzas. Ahora me explico; primero la sinopsis, que si no la crítica me ocupa muy poco.

En un pueblecito de Inglaterra hay un muro con una brecha. Nadie sabe qué hay detrás; sin embargo, un joven curioso pasa al otro lado. Allí descubre un mundo mágico, y encuentra a una esclava de la que, digamos, se enamora y a la que, digamos, se folla. Esa misma noche vuelve al pueblo (que por cierto, como súmmum de la originalidad, se llama Muro), pero unos meses después le llega una cesta con un bebé: su hijo Tristan. Dicen que de tal palo tal astilla y, cuando Tristan tiene dieciocho años, cruza el muro para traer una estrella caída a su enamorada. Pero tendrá dificultades mil, pues en la búsqueda de la estrella se topará con una bruja maligna que quiere encontrar la estrella para volver a ser joven, y con dos príncipes que, para llegar a ser reyes, necesitan recuperar la joya que su padre ha tirado y que, curiosamente, ha hecho caer la estrella. Estrella que, para bien o para mal, es antropomorfa y se parece a Gwyneth Paltrow.


A lo que me refería con que Stardust me había destrozado las ilusiones revolucionarias es que, entre tantas películas de fantasía de tercera, que aprovechan el éxito de El Señor de los Anillos para llevar críos al cine (aunque ya se empiezan a cansar, como revela el fracaso estrepitoso de Los seis signos de la luz), Stardust es una revolución: consigue ser un entretenimiento adecuado para los niños, y digo adecuado porque quizá es demasiado adulta; por ello, es más apropiada para los nostálgicos del género, que quedarán más que satisfechos. Además, también bebe mucho de La princesa prometida, de Willow o hasta de (¡maldito seas, Neil Gaiman!) Final Fantasy: ese barco volador es, como poco, sospechoso.

No entraré en aspectos de fidelidad literaria, porque no me he leído el libro, aunque pienso hacerlo; sin embargo, tengo entendido que la adaptación ha sido para bien, simplificando aspectos que parece ser que en la novela corta de Neil Gaiman (autor también de Neverwhere y Sandman) estaban mal explicados. Además, el toque femenino del personaje del capitán pirata fue aportado durante la traslación; a mi parecer, un toque que merece ser aplaudido, pues no sólo aporta una ironía genial al mundo del cine fantástico -el famoso guerrero sanguinario resulta ser en realidad una nenaza-, sino que además es Robert de Niro (o Pacino, o Willis, o Harrison Ford, pero ninguno mejor que Bob, por supuesto) un actor perfecto para interpretarlo. Una muy buena forma de quitarse a lo bestia ese encasillamiento en papeles de tío duro.


Michelle Pfeiffer también está bien (es Michelle Pfeiffer), pero su papel no es ni de lejos tan grande como el de De Niro, pues se queda en la típica bruja mala de cuento; un aporte es, eso sí, que las tres hermanas estén basadas en la mitología griega. Charlie Cox no destaca, pero al menos no es tan palurdo como la mayoría de protagonistas del género; Claire Danes, con un personaje precioso, me ha parecido sobreactuada, pero no la he visto en V.O., así que no sabría decir si sus gestos se corresponden con que la estrella hable de una forma especial; Mark Strong no lo hace mal. Sienna Miller sale poco, pero su presencia se agradece, como ocurría en el espléndido thriller mafioso Layer Cake, del mismo director (curioso, ¿eh? Tampoco sabía yo que el hombre estaba casado con la Schiffer, y que ella fue la instigadora del filme. Mola.). En cuanto a Ricky Gervais... bueno, la verdad es que no sé que hostias pinta su foto en el cartel. Cómo odio estos desórdenes a favor de las estrellas y, por tanto, de lo comercial, igual que echen para atrás en las listas de reparto a los críos. En fin.

Los toques cómicos le dan puntos al conjunto. Los mejores son aquellos aportados por la familia real: tenemos un cameo de Rupert Everett, que interpreta al más memo de los hermanos supervivientes, y al gran Peter O'Toole, alias Lawrence de Arabia (que se vea que sé quién es), el rey moribundo, un cabronazo donde los haya. También está por ahí Jason Flemyng, protagonista de Lock y Stock (sale también, por cierto, Dexter Fletcher, que estuvo en la prima de Ritchie y en Layer Cake, y que aquí es el segundo de De Niro/Shakespeare). Cuando uno de los de la familia real es degollado, de su cuello emana sangre azul, algo que me tuvo desopilándome varios minutos. Pero, sin duda, el mejor punto del humor "aristocrático" del filme son las apariciones de los príncipes muertos, que muestran sus heridas mortales (quemados, aplastados, etecé) y lo miran todo con burla resignada.

Pienso que hay dos tipos de historias fantásticas: las que se llevan a cabo en un mundo totalmente fantástico (Cristal Oscuro, Willow, Legend) y las que suceden entre el mundo real y el imaginario (Dentro del laberinto, La princesa prometida, La historia interminable). Stardust forma parte del segundo grupo, y lo hace de una forma típicamente genial: en Inglaterra, oculto del resto del mundo por un muro, existe un país mágico, que sus habitantes no pueden abandonar. El porqué está algo pillado por los pelos, quizás, pero da sentido a la historia en un momento concreto.



Claro que no todo es leche y miel. El guión falla en según qué momentos, y es previsible en todo momento; pero es básicamente en la recta final en la que se congregan estos defectos, pues no sabemos muy bien el porqué de que la madre del protagonista haya acabado como ha acabado (o lo dicen muy de pasada, no sabría decir), y la resolución se prevee ya desde que, nada más empezar, deducimos que el príncipe Septimus no sobrevivirá. No sabemos los medios, pero estos, como digo, resultan bastante ilógicos. Además, la batalla final es poco menos que cutre, y dura lo suficiente como para bajar nivel.

En resumen, Stardust es un soplo del preciado aire de la fantasía clásica, con magia para niños de todas las edades y humor más bien para adultos, cosas que se agradecen tremendamente en esta época de fantasía infantil fotocopiada; algo que espero que se convierta en racha ahora que, dentro de dos semanas, nos llegará al fin La brújula dorada (que por desgracia parece ser que ha sido aligerada de la crítica religiosa de las novelas de Pullman). Me consuelo pensando que, al menos, la película de mi guión no estará basada en ningún libro.


Valoración: 8/10.

PD: Así en retrospectiva, me podría haber ahorrado la sinopsis, en lo que a tamaño de crítica se refiere.

sábado, 17 de noviembre de 2007

Sobre Star Wars y Tim Burton

Un par de noticias; la primera de ella, sobre la nueva versión de la serie animada Las Guerras Clon. La serie ya existente, creada hace tres o cuatro años, era de dibujos animados, y fue realizada por Genndy Tartakowski (Samurai Jack) para Cartoon Network. Es una serie entretenida, curiosa, que funciona bastante bien como divertimento, aunque sí es verdad que promete más la versión que comento, que será en 3D y tendrá una mayor duración (los capítulos de la original duraban unos tres minutos, aunque posteriormente los alargaron). Bien: la noticia es que Lucas pretende estrenarla primero en el cine. No se sabe cómo, tan sólo se ha dicho que sería "un modo impactante de lanzar una serie de televisión impactante". No creo que salga muy bien el tema, pero vamos. Por mí tanto Star Wars como se ofrezca.


Lo que sí espero con emoción es la otra serie basada en la saga. Sí, sí: están asustados por el final cinematográfico de la franquicia y se abren tantas posibilidades como pueden. Lo interesante de esta serie es que será una serie de televisión corriente, es decir: capítulos largos y de imagen real. Más interesante aún: conectará el Episodio III con el IV, utilizando personajes secundarios de las películas como otros del Universo Expandido. Confirmado está Quinlan Vos, que aparentemente murió en uno de los innúmeros cómics basados en la saga, pero al que Lucas ordenó perdonar la vida para poder usarlo en dicha serie. También se dice que estará Shaak Ti, que en principio palmaba en La Venganza de los Sith; sin embargo, dicha muerte (dos versiones de ella, incluso) fue borrada del montaje definitivo. Estará seguro Anthony Daniels, el actor que da vida a C-3PO. Joder, se convertirá en mi serie favorita nada más estrenarse; qué putas ganas. Bueno, del de 3PO no... de lo demás, me refiero.

Cambiando de tema indiscriminadamente, Tim Burton rodará dos filmes en 3-D, a cual más interesante: una extensión de Frankenweenie y -¡atención!- una versión de Alicia en el País de las Maravillas. Frankenweenie, para quien no lo sepa, es uno de los primeros trabajos de Burton, un corto de veinte minutos en que un niño devuelve la vida mediante la electricidad a su perro fallecido. No me hace especial ilusión, puesto que el Frankenweenie original me resulta indiferente, pero siempre me apetece el 3-D, más si es burtoniano. En cuanto a El País de las Maravillas, no me preocupo: tanto si le da el toque siniestro como el toque happy me tendrá ganado. Claro que, por pedir, mejor el siniestro. Más original con respecto a la historia (eso sí: me suena un videojuego en que Alicia se carga cosas o gentes, influida por el Gato de Chesire, que siempre ha sido desagradable).

Lo único que me toca los testículos es... ¿para cuándo Grim Fandango?


miércoles, 14 de noviembre de 2007

Amélie

Título original: Le fabuleux destin d'Amélie Poulain.
Dirección: Jean-Pierre Jeunet.
Guión: Guillaume Laurant, Jean-Pierre Jeunet.
Reparto: Audrey Tautou, Mathieu Kassovitz, Serge Merlin, Rufus, Jammel Debbouze, Urbain Cancellier, Isabelle Nanty, Dominique Pinon.


Tranquilidad: ya había visto Amélie. Lo que pasa es que fue con... ¿12 años? Poco después de que la pusieran en los videoclubs, así que por ahí debe andar. Por tanto, no me acordaba de casi nada de la película; sólo estaba seguro del motivo de la muerte de la madre (por cierto, recordaba que se decía algo así como que la suicida había decidido continuar viviendo, pero ni rastro de ello en el visionado que hice ayer), de que a la protagonista se la tiraban en una cama mientras ella mantenía una expresión indiferente y de que, por supuesto, Amélie ayudaba a la gente.

Una joven llamada Amélie trabaja como camarera. Durante toda su infancia vivió sin contacto con los otros niños debido a una falsa enfermedad diagnosticada por su padre, por lo que su madre le daba clases; tras la muerte de ésta, su padre se encerró en sí mismo, y Amélie se refugió en su mundo de fantasía. Ahora que es adulta, no es una persona normal: vive aún en la soledad y en la inocencia de su infancia. Tras encontrar una caja con juguetes antiguos y devolverla a su propietario, se da cuenta de la que será su mayor fuente de felicidad: ayudar a los demás. Sobretodo si ello implica enamorarse.


Bien. Tras revisionarla, llego a la conclusión de que Amélie es una grandísima película. Así, de entrada, que no me gusta demasiado crear tensión. Lo que distingue a Amélie de cualquier otra película es... todo, básicamente. Como es habitual en la filmografía del director, todo es tremendamente original: personajes, argumento, narración, estética. Sin embargo, es en Amélie donde la mayoría de estas características alcanzan su punto máximo en cuanto a calidad.

Que no en cantidad. Délicatessen, ópera prima de Jeunet, recoge ese pequeño universo colorista y de personajes singularmente surrealistas en mayor medida; sin embargo, para mi gusto, en tal película resulta excesivo. Pero en Délicatessen el color me empalaga, y los personajes me desagradan. La fotografía de Amélie es empalagosa, sí, pero no de forma tan exagerada; los personajes son frikis, sí, pero adorables. Aquí todo tiene el punto perfecto, colorista, de cómic, de cuadro naïf, pero sin llegar a ese extremo excesivo.

Amélie misma es un personaje maravilloso. Es comprensiblemente ingenua, e infantil, y por tanto traviesa. A pesar de esa perpetua -y encantadora- sonrisa de, digamos, tonta (Audrey Tautou, por cierto, está insuperable; capta perfectamente a su personaje, y lo dota de una magia vista pocas veces, o directamente ninguna), Amélie no es tonta precisamente, sino simplemente no tiene experiencia vital. Es esto lo que la hace tan especial, su miedo a que le hagan daño, que la lleva a ayudar a los demás para sentirse bien consigo misma, sin tener que implicarse en relaciones.


Igualmente, Amélie, la Diosa Todopoderosa, es capaz de castigar, como demuestran las escenas en que se introduce en el piso del tendero, que tiene por costumbre insultar y humillar a su empleado, un simpático retrasado, y le cambia el pomo de una puerta por la manilla, las zapatillas por otras de número inferior, los cordones por cuerda, la pasta de dientes por crema para los pies... y la hora del reloj. Desternillante el momento en que el desafortunado baja a la calle a las 4 de la madrugada.

El resto de personajes, como creo que ya he dicho, están también muy conseguidos. Gracias a la voz en off, que nos explica los pequeños placeres de cada uno de ellos: ordenar herramientas, hacer rebotar piedras en el agua, comer pollo asado con las manos, petar las burbujas de los plásticos de embalaje (¿y a quién no?), todos son entrañables, y uno se siente casi tan feliz como Amélie cuando les hace un favor.

En resumen, una obra magnífica: plástica, cómica, fantástica, y aderezada además con una historia de amor preciosa. Lo peor de la película es, sin duda, que deja la sensación de que en este mundo nadie puede realizar buenas acciones. O, por pedir, que Amélie no exista en realidad.

Valoración: 8,5/10.

martes, 13 de noviembre de 2007

La habitación de Fermat vendida a seis países

La habitación de Fermat, película sobre cuatro matemáticos que tienen que resolver un enigma para escapar de una habitación con vida, escrita y dirigida por Luis Piedrahita y Rodrigo Sopeña, fue presentada al festival de Sitges este año, recibiendo valoraciones moderadamente buenas. En el American Film Market ha sido adquirida por productoras que la distribuirán en el Reino Unido, en Japón, en Holanda, en Bélgica, en Luxemburgo y en Turquía.

En principio no me llama demasiado la atención, porque las críticas como digo no han sido especialmente alentadoras, pero que además está protagonizada por Alejo Sauras y Santi Millán, que echan para atrás a cualquiera. Por suerte, también están Lluís Homar, Federico Luppi y Elena Ballesteros, y la voy a ver básicamente por Piedrahita, que es poco menos que el puto amo. Foto homenaje:



jueves, 8 de noviembre de 2007

Rashomon

Dirección: Akira Kurosawa.
Guión: Akira Kurosawa y Shinobu Hashimoto (relatos: Ryunosuke Akutagawa).
Reparto: Toshiro Mifune, Machiko Kyô, Masayuki Mori, Takashi Shimura, Minoru Chiaki, Kichijiro Ueda.


He visto pocas películas de Kurosawa, la verdad. Me parece que Los siete samuráis, Ran, Yojimbo... y ya. Bueno, ahora también Rashomon, pero ni siquiera Dersu Uzala. Soy la mierda, ¿eh? Venía a decir que, aunque haya visto pocas del maestro nipón, me doy cuenta de que es uno de los mejores directores de la historia, no sólo por la innovación técnica, sino también porque la variedad de influencias que utilizó, que incluían al mismo Shakespeare (Ran, y me consta que también Trono de sangre), pasando por el western americano (Yojimbo, que posteriormente sería utilizada por Sergio Leone, sin mucha variación, la verdad, para crear la archiconocida Por un puñado de dólares), pero sin dejar de lado la cultura propia. De momento, nada de lo que he visto suyo se aleja en exceso del calificativo de "obra maestra".

En Rashomon, un leñador, un monje y un peregrino se refugian de la lluvia en el templo que da nombre a la película. Los dos primeros hablan al tercero del juicio que se ha llevado a cabo a raíz de la muerte de un noble de bajo rango y de la violación de la mujer de éste en el bosque cercano. El acusado, el bandido Tajomaru. El bandido, la mujer y la víctima dan su versión de los hechos, y lo mismo hace el leñador; sin embargo, cada versión se contradice con las anteriores.

La película es una reflexión sobre las mentiras del ser humano, dichas por orgullo y egoísmo; los tres interrogados mienten, aunque en todos casos se culpan de la muerte. El bandido lo dice que lo ha cometido por amor; la mujer, porque se vio obligada; el muerto, a través de una médium (escalofriante, por cierto, que nos lleva al mejor de los testimonios), cuenta que se suicidó por honor. Sin embargo, ninguno dice la verdad: el leñador nos cuenta su versión, diciéndonos que ni el bandido es tan romántico, ni la mujer tan inocente, ni el muerto tan honorable. ¿Quién miente? Es más, ¿alguno dice la verdad? No; todos mienten no ya buscando la declaración de inocencia, sino la aligeración de la culpa. Pero, y aun quejándose de la falsedad de los tres, el leñador tampoco es ningún ángel. El monje, atormentado, se pregunta el por qué de tanta mentira, peores que las guerras y las epidemias.

Me quedo con una de las frases del espléndido guión, que me ha parecido perfecta para transcribir en mi comúnmente cinéfilo nick del Messenger: "Aquí, en la puerta de Rashomon, vivía un demonio, y dicen que se fue porque tenía miedo de los hombres". Y, aun así, queda esperanza.


Valoración: 8,5/10.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Jennifer Connelly en el remake de Ultimátum a la tierra


Y Keanu Reeves, también, pero a mí me da igual, mientras salga Jennifer. Scott Derrickson (que dirigió la interesante El exorcismo de Emily Rose) dirigirá The day the Earth stood still, remake de la película de ciencia-ficción de bajo presupuesto de los 50 que narraba las desventuras de Klaatu, un alienígena que llegaba a la Tierra con su robot Gort para avisar a los dirigentes de que su destrucción del planeta estaba causando daños a escala universal. Clásico de la ciencia-ficción, será interesante verlo con mayor presupuesto, si no lo convierten en otra Guerra de los Mundos. Y con la Connelly, por supuesto.

Aparte... y poco o nada relacionado. En Ociojoven.com encontré un link a este juego tan curioso (y tan putamente adictivo). Mi puntuación máxima es 604 o así, pero si supero los 500 ya es mucha suerte. No hay que registrarse de forma coñazo, simplemente poner un nombre de usuario y una contraseña para siguientes partidas. Buenas tardes, y recordad: no mirar las luces.

Cinetrivia

viernes, 2 de noviembre de 2007

Invasión

Título original: The Invasion.
Dirección: Oliver Hirschbiegel, James McTeigue.
Guión: Dave Kajganich.
Reparto: Nicole Kidman, Daniel Craig, Jeremy Northam, Jackson Bond, Jeffrey Wright, Eric Benjamin, Veronica Cartwright, Josef Sommer, Celia Weston, Roger Rees.


En 1956 Don Siegel dirigía La invasión de los ladrones de cuerpos, una de las mejores cintas de invasiones alienígenas de la historia, a pesar de su claro mensaje anticomunista, que el director siempre ha negado pretender. En ella, los habitantes de una pequeña ciudad estadounidense empezaban a comportarse de manera extraña, algo de lo que sus familiares, por supuesto, se daban cuenta, pero no así el resto. Poco a poco, todos empezaban a cambiar. Más tarde, en 1978, se estrenó La invasión de los ultracuerpos, de Philip Kauffman, que no he visto, pero que, tengo entendido, tiene un mejor final (el de la original era un happy ending en toda regla), da más miedo y no transmite nada contra el comunismo, sino que habla de la lucha por la supervivencia de las especies.

En esta ocasión, los directores Oliver Hirschbiegel (El hundimiento) y James McTeigue (V de Vendetta), no sé en qué grado de cooperación, presentan una revisión que aporta poco al filme original, excepto una protagonista femenina y una pregunta sobre la que vale la pena meditar: si pudiéramos evitar todos los sentimientos negativos del mundo, ¿estaríamos dispuestos a sacrificar también los positivos?

La historia tarda tres cuartos de hora en arrancar. Es lógico: hay que presentar la situación, hay que mostrar los efectos del cambio en el cuerpo, para poder crear una intriga. Pero es que está todo tan claro que las intrigas se resuelven enseguida, a lo que contribuye, por supuesto, saber de qué va la historia, o haber visto el tráiler. Cuánto más haber visto alguna versión anterior. Eso sí: la segunda parte de la historia es mejor, con más acción y más interés argumental, aunque es siempre previsible.


Actuaciones. Nicole Kidman siempre es una garantía, y no defrauda, claro que tampoco hace una interpretación memorable. Pero lo cierto es que su papel es el único que puede lucirse, puesto que Daniel Craig (el nuevo Bond de Casino Royale, a mi gusto muchísimo mejor que cualquier de los irritantemente refinados Bonds anteriores, por cierto) sale muy poco y en una variedad de registros poco diversa, y qué decir de los malos. Sus actuaciones son, deben ser, monótonas. Comento que he leído una crítica en un periódico que respeto más que a ningún otro que dice algo así como que 'las interpretaciones son tan obvias que se nota enseguida quiénes son los malos'. A ver, buen hombre, prestigioso crítico... esa es la cosa. La protagonista se entera tan pronto como el espectador o, si no (al principio básicamente), se busca el efecto de que la mujer no sepa lo que ocurre mientras nosotros sí. En fin. Hay también un cameo de Nancy Cartwright, que aparecía en el primer remake.


La acción, inspirada claramente en las versiones del nuevo siglo de La guerra de los mundos y Amanecer de los muertos, es por tanto más espectacular que la de la versión original: tenemos lo típico del cine comercial de hoy -accidentes de coche, tiros, persecuciones, secundarios de una escena-, aunque el filme se queda corto como película palomitera. Eso sí: argumentalmente, se buscan siempre soluciones que complazcan al gran público. Sin embargo, la ya mencionada pregunta, en la escena final, se imprime en las mentes de los protagonistas, y en la de ciertos espectadores. Al fin y al cabo, concluye el científico, seguimos siendo humanos.


Valoración: 6/10.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Tráiler de REC

Siendo el día que es, me veo obligado a poner algo sobre cine de terror. Y qué mejor que el tráiler de REC, de Jaume Balagueró (Frágiles), que se estrena el 23 de noviembre. Espectacular avance, sí señor. La espero con (moderada) ansia.