martes, 25 de septiembre de 2007

Amor a quemarropa

Título original: True Romance.
Dirección: Tony Scott.
Guión: Quentin Tarantino.
Reparto: Christian Slater, Patricia Arquette, Michael Rapaport, Bronson Pinchot, Dennis Hopper, Gary Oldman, Saul Rubinek, Chris Penn, Tom Sizemore, Christopher Walken, Brad Pitt, James Gandolfini, Val Kilmer.

No haber visto Amor a quemarropa era mi mayor pecado. No por ser especialmente famosa (no he visto Apocalypse Now; no digo ná y lo digo tó), sino por mi admiración por Tarantino, que me ha llevado a tragarme ese bodrio que es Four Rooms. Amor a quemarropa no la dirigió él (había vendido el guión por cuatro duros), pero sí escribió el guión, que es el alma máter de las obras de Quentin. La experiencia -y con "experiencia" quiero decir "Asesinos natos"- me ha demostrado que no importa lo buen director que seas: para sacarle todo el partido a un guión de Tarantino, tienes que ser Tarantino.


El mundo sería un lugar hermoso si todos los buenos guionistas supieran dirigir. Sólo el escritor comprende su obra totalmente, aunque con el talento de un director excepcional, mientras se colabore estrechamente con el guionista o su trabajo se interprete muy bien, se puede sacar todo el jugo a un gran guión. A ver, que me pierdo. Amor a quemarropa tiene un estupendo guión, aunque más que probablemente retocado, que nos regala diálogos tremendos (sobre cualquier otro, el razonamiento de que los sicilianos son medio negros) que -y aquí quería llegar- por desgracia no van acompañados de planos memorables. La música no está bien escogida, los actores se emocionan demasiado en según qué momentos, el tiroteo final no convence.

Dicen de Tarantino que fue la mayor influencia de Guy Ritchie en su corta época dorada. Nunca me había parado a pensar mucho en eso, pero hoy que he visto el tiroteo de Amor a quemarropa me he dado cuenta de que sí, le debieron gustar mucho los diálogos, los tiros y los tacos; de todas formas, el segundo punto más importante de Tarantino es la estructura narrativa, y la de Ritchie es muy veloz, nada de saltos temporales.

Una característica muy curiosa del guión de Amor es el protagonista, primer personaje autobiográfico de su creador: trabaja en un videoclub, va al cine a ver sesiones triples de pelis de kung fu, sólo sabe hablar de cine, música, televisión y cómics, va mal de dinero... en mi opinión, todo el inicio es una fantasía de Tarantino, y quizá la continuación también, aunque a partir de los minutos Taxi Driver todo se vuelve menos agradable de lo que uno pudiera desear. Quentin, a saber.


Aparte del guión, la principal virtud de esta película que nos ocupa es el reparto. Casting impresionante, encabezado por Christian Slater (tengo que revisionar Very Bad Things) y Patricia Arquette, secundados por grandísimos como un Gary Oldman con rastas (muy sparrowense, viceversa más bien), Christopher Walken y Dennis Hopper, grandes como Pitt haciendo de drogado, Gandolfini y Rubinek y la aparición estelar -y difuminada- de Val Kilmer como nada menos que Elvis. En los créditos iniciales he leído "Samuel L. Jackson", pero sale a lo mejor un minuto, nada digno de mencionar. Lo dicho: si Tarantino la hubiera dirigido, habríamos tenido una obra maestra. Otra.


Valoración: 7,5/10.

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