miércoles, 31 de octubre de 2007

Películas de Jim Henson: Cristal Oscuro y Dentro del laberinto

Título original: The Dark Crystal / Labyrinth
Dirección: Jim Henson, Frank Oz / Jim Henson
Guión: David Odell / Terry Jones
Reparto: Jim Henson (voz), Kathryn Mullen (voz), Frank Oz (voz), Dave Goelz (voz) / Jennifer Connelly, David Bowie, Toby Froud, Brian Henson (voz), Ron Mueck (voz), Dave Goelz (voz).

Vi Cristal Oscuro y Dentro del laberinto por tres motivos básicos. Primero, en una encuesta de Yahoo.com vi una encuesta sobre películas de fantasía, y me quedé pillado de haber visto, de las cinco opciones que había, sólo La princesa prometida (peliculón, por cierto), La historia interminable (mucho peor que el libro) y Willow (entretenida nada más); segundo, que me gustó la serie El cuentacuentos, creada por Jim Henson, que vi este verano; y tercero, que Meet the Feebles me dio ganas de ver películas con marionetas. No deja de tener su miga que esta película precisamente, tan diferente a las que me dispongo a comentar, tuviera su importancia en mi decisión de verlas.

El argumento de Cristal Oscuro es el siguiente: en un mundo desconocido para nosotros, mil años después de que un miembro de la raza de los Urskeks separara un fragmento del Cristal Oscuro, que mantenía el equilibrio, dividiendo a su raza entre los Skekses, viles lagartos, y los Místicos, sabios apacibles, ligadas inevitablemente entre sí, mil años después, decía, se va a cumplir una profecía: un Gelfling recompondrá el Cristal Oscuro, destruyendo el gobierno tiránico de los Skeksis... o morirá en el intento, quedando el mundo sumido para siempre en el mal.


Cristal Oscuro es una película extraña. No por el argumento, que no es especialmente raro dentro de su género, sino sino por su difícil clasificación dentro de un grupo de edad. Si bien tiene ciertos toques de comedia dirigidos a ellos, a los niños les resultaría demasiado oscura y seria; les darían miedo los personajes, incluso los Gelflings (que tienen una cara de cabra bastante siniestra, a la que el bicho de los ojos de El laberinto del fauno tiene un aire). A los adultos normales les parecería un tema demasiado infantil. Así, queda relegada a un grupo muy concreto: los que tienen las mentes abiertas a todo, los que gustan de las historias de fantasía y no sienten reparos al pensar que, si las ven, serán raros. Es decir, los frikis. De ahí el estrepitoso fracaso que obtuvo en taquilla, aunque, por suerte, con los años se la ha reconocido como lo que es: una obra maestra. De culto, por supuesto.

Además del magistral trabajo de los marionetistas Henson y Oz (conocido no sólo por sus títeres, que incluyen a Yoda, sino también por películas como la muy reciente un Funeral de muerte), destaca la adultización de elementos comúnmente asociados a críos, como pueden ser las marionetas, pieza central, pero también la magia o los mundos imaginarios. Aquí las marionetas no son simpáticas e idealizadas sino realistamente desagradables, y en el mundo de los Skeksis hay muerte y caos, un mundo devastado por el miedo, en lugar de por el simple ansia de poder. Eso sí: algún que otro punto excesivamente infantil (la cosa-perro o algún chistecito fácil), hecho como por culpa de no tener claro los directores quién iba a ser el destinatario, lastra ligeramente el conjunto. Van a sacar una segunda parte dentro de dos años, dirigida por Genndy Tartakowski, el creador de la serie de animación de Las Guerras Clon. La serie me gusta, pero dudo que la película sea buena, porque Clone Wars tiene muy, muy poco argumento.


Labyrinth habla de Sarah, una adolescente fantasiosa interpretada por una jovencísima Jennifer Connelly, que se siente frustrada porque sus padres aprovechan que no sale por las noches de fin de semana para hacerlo ellos y que la hija cuide del bebé de la familia. Sarah se queja en voz alta, y desea que los goblins se lleven a su hermano para siempre; el Rey de los Goblins, Jareth (papel curiosísimo de David Bowie), la oye, y satisface sus deseos, reteniendo al niño en su castillo, en el centro de un laberinto. Sarah deberá recorrer el difícil camino hasta el castillo en trece horas para recuperar a su hermano.

Dentro del laberinto es muy diferente de Cristal Oscuro. Es mucho más típica, en el sentido de que es una película de fantasía con marionetas para nenes. Eso sí: tiene un guión espléndido, con un ritmo que mantiene un interés constante, diálogos muy ingeniosos y muchísimos momentos humorísticos provocados por personajes a cada cual más entrañable, entre los que destacan los tres amigos de Sarah: Hoggle, un duende avaricioso y sin amigos; Ludo, una especie de yeti rojo de inteligencia limitadilla, y Sir Didymus, un zorro con un parche en el ojo, que habla y se comporta cual caballero medieval (a lo que ayuda su corcel, el cobarde perro Ambrosius).


Las canciones no son especialmente buenas, pero David Bowie es garantía de un cierto nivel, al menos, y su actuación es probablemente lo más llamativo del filme; interpreta al malo, que en realidad no es tan malo, ni mucho menos. En dos de las escenas más logradas aparece él: el baile de Carnaval veneciano y el final, que le da a los actos de su personaje una lógica muy especial. De todas formas, para mí lo mejor, aparte, desde luego, de las marionetas (en especial Sir Didymus y su corcel, que me encantan), es ver a la gran Jennifer Connelly en uno de sus primeros papeles.


Lástima que ya no se hagan películas de fantasía como las de antes. Cristal Oscuro. Dentro del laberinto. La princesa prometida. Willow. La historia interminable. Legend. Lady Halcón. Dragonheart. Putas productoras, que saben lo que les conviene y ya no quieren usar los efectos especiales como caramelo, sino como manzana. En fin. Siempre nos quedarán los 80.

Valoración: 8/10 / 7,5 /10.

4 comentarios:

Antonio Rando dijo...

Buenas.

Totalmente de acuerdo contigo, me agradaría que hubiese una especie de retorno a la fantasía ochentera.
Como dices, aunque “Cristal Oscuro” parezca una película dirigida a niños, es bastante barroca y su imaginería muy oscura; esas marionetas deformes y torponas moviéndose por un árido mundo caótico… Yo la verdad que intente vérmela de nuevo hace poco, y no me gustó tanto como la primera vez: será la edad…
Con “Dentro del laberinto” sigo disfrutando mucho cada vez que la veo. Señalas un David Bowie malo, pero no tan malo, y realmente esa dualidad interna se da en cada personaje. A mi personalmente me encanta Hoggle. El personaje de Bowie, como Rey de los Goblins es una recreación arquetípica de ciertos cuentos populares, donde esos espíritus o seres fantasiosos se ven como algo siniestro, “malo”, por sus oscilaciones, pero que son duales, como seres puramente instintivos y de extraña nobleza: capaces de lo mejor y lo peor, respondiendo siempre a la actitud y comportamiento del humano.

En fin, eso era fantasía, y no lo de ahora.

Alex F. dijo...

Sí, Hoggle es genial; su evolución es la mejor de todas. De hecho creo que el único personaje que no destaca en particular es Ludo, aunque -eso sí- es tan tierno como Hoggle, y es difícil que caiga mal a un niño.

Unknown dijo...

Hola,soy Sandy de Argentina.Lleguè a tu blog buscando imagenes de Hoggle,de casualidad.
No me engancho mucho con los blogs,pero el tuyo me impacto por el tema de las peliculas de Fantasìa.Es dificil que a los adultos les gusten(yo soy una),al menos en mi país veo que es asi.
No sabìa de la pelicula Cristal Oscuro(Laberinto la vi 20 veces,y despues de leer tu blog..me ire a verla de nuevo)
Es una làstima que tengamos tan pocas pelis de ese estilo.
Amo a Bowie y la caracterizacion del rey de los Goblins es simplemente genial.
Vere si consigo Cristal Oscuro.
Saludos desde Buenos Aires!!!

Anónimo dijo...

Quiero ver Cristal Oscuro,Me entere por tu blog.
Saluditos!!!