sábado, 20 de octubre de 2007

Supersalidos

Título original: Superbad.
Dirección: Greg Mottola.
Guión: Seth Rogen, Evan Goldberg.
Reparto: Jonah Hill, Michael Cera, Christopher Mintz-Plasse, Bill Hader, Seth Rogen, Martha MacIsaac, Emma Stone.


Queda bastante claro que Judd Apatow es el rey del cine cómico de esta década. Productor de El reportero: La leyenda de Ron Burgundy, Virgen a los 40 y Pasado de vueltas, protagonizadas, en solitario o en conjunto, por Will Ferrell y Steve Carell (los actores de comedia más importantes del momento, si no contamos a los más veteranos como Ben Stiller o Jack Black), este mes nos llegan a España otras dos obras suyas: Lío embarazoso y la que nos ocupa, Supersalidos.

Un chaval considerablemente friki e irrespetuoso, además de quemadísimo, Seth, es invitado a una fiesta de graduación por la chica que le gusta. Su mejor amigo, Evan, chaval friki también, pero más tímido y romántico, también irá; cuando otro amigo, éste ya ultrafriki y ultraquemado, Fogell (o McLovin), les muestra su carnet falso, Seth ofrece a la chica llevar bebida a la fiesta, alentado por la posibilidad de emborracharla y, digamos, yacer con ella.


He leído muchas críticas que comparan Supersalidos con American Pie. En efecto, se parecen: chavales salidongos desesperados por, digamos, folgar, antes de dejar el instituto... y separarse. Pero, a pesar de lo novedosa que resultara la que todos conocemos, Supersalidos es mucho mejor, básicamente por los personajes y los diálogos. Vale que hay muchas películas sobre adolescentes buscando, como diría mi padre, seso, con situaciones totalmente inverosímiles y desopilantes, pero ninguna está tan bien escrita como ésta.

Y es que, además de los chistes típicos, las conversaciones mantenidas entre los policías y Fogell y entre Seth y Evan son más en plan Pulp Fiction o Clerks (salvando las distancias) que al estilo clásico. Me imagino que no hay aquí tanta improvisación como en Virgen a los 40 & Co., y por tanto el humor no tiene esa espontaneidad absurdísima que personalmente me encanta, sino que tiene más bien una naturalidad muy creíble y en la que los que hemos sido (o, como es mi caso, somos) adolescentes gorrinacos nos vemos reflejados. Y que personalmente, como me imagino que habrá notado el lector, también me encanta. Lo mejor del guión es que los personajes principales están basados en los propios guionistas -uno de los cuales, Seth Rogen, es actor, y aquí interpreta a uno de los polis, grandes personajes también, ya que estoy- hasta el punto de que ni siquiera se llaman de una manera diferente. Puntazo, ¿eh?


El representante del humor más pastelero (por American Pie, se entiende. Lo siento, de verdad, pero no se me ha ocurrido ningún adjetivo mejor) es Fogell o, como reza su carné falso, McLovin (así, sin nombre ni mierdas), interpretado por el debutante Christopher Mintz-Plasse, que es un arquetipo de empollón memo pervertido y verbalmente atrevido, pero que, si se le presentara alguna oportunidad de, digamos, hacer cosas malas (y aquí no me refiero sólo al seso), no sabría qué hacer. Me imagino que todos conocemos a alguien así; bien, pues imaginemos que se enfrenta a situaciones de 'peligro'. Ése es Fogell. Lo cierto es que a mí el personaje me ha hecho especial gracia porque es clavado, incluso físicamente (aunque en guapo. Imaginad.), a uno que conozco, si bien el conocido no es empollón memo, sino directamente memo. En fin.... me pierdo, me pierdo.


Entre tantísima chorrada sustentada en guiones de página y media y en efectos especiales, las producciones de Apatow entran tan bien como una Fanta-naranja en la garganta de Evan (supongo que la analogía será más fácil de entender, o le parecerá mejor, al que haya visto la peli). Supersalidos está al nivel humorístico de Pasado de vueltas o cualquiera de las demás, pero además redefine el género de la comedia de adolescentes, estancado desde hace ya unos diez años, aprox punto, sin olvidar que tiene dosis de crítica social -borreguismo adolescente, incompetencia policial- y un mensaje, la importancia de la amistad, por encima de la de ser guay o la de perder la virginidad, un mensaje mejor simbolizado en la última mirada que en la escena dedicada a su conclusión. A pesar de que la parte de la fiesta no mantiene el nivelazo del resto del filme, sin duda merece la pena ver Supersalidos, con lecturas tanto para los fans de Steve Stifler como para los de Ricky Bobby. Mención especial a la escena del flashback de Seth y, por extensión, a los créditos finales.

Valoración: 7,5/10.

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