Dirección: James Gray.
Guión: James Gray.
Reparto: Joaquin Phoenix, Mark Wahlberg, Robert Duvall, Eva Mendes, Alex Veadov, Antoni Corone, Danny Hoch, Moni Moshonov.
Cada vez es más difícil innovar en un género tan cerrado como es el cine de gángsters. Aun así, el año pasado sin ir más lejos pudimos disfrutar de dos propuestas verdaderamente interesantes y radicalmente distintas entre sí: American Gangster, que sin contar con demasiados elementos novedosos conseguía ser un filme muy sólido, y Promesas del Este, que recreaba con la sordidez y la crudeza típicas de Cronenberg el oscuro mundo del hampa. La siguiente película de mafiosos interesante que nos ha llegado es La noche es nuestra, de James Gray, director de Little Odessa y La otra cara del crimen, centradas en el aspecto familiar dentro de lo criminal. La primera no he podido encontrarla; la segunda, aunque bien dirigida e interpretada, tenía problemas en el guión y en el ritmo narrativo.
Bobby Green trabaja como encargado de una discoteca propiedad de un narcotraficante, que lo considera casi un miembro de su familia. Sin embargo, la verdadera familia de Bobby son su padre y su hermano, ambos policías. Cuando estos inician los intentos de capturar al sobrino del jefe de Bobby, que opera en su local, deberá decidir dónde residen sus lealtades.
Nos encontramos con una película con características similares a las que ha venido mostrando el resto de la filmografía de Gray, que ya he mencionado antes: la centralidad de lo familiar y los fallos de guión. La familia sirve aquí para alcanzar una intensidad dramática bastante conseguida, en especial gracias a la actuación de Phoenix, que soporta el peso de las dos horas que dura el filme, además de para proveer de un punto de vista muy bien encontrado, por lo ambiguo (en un principio).
Los fallos del guión son varios. Unos son los problemas de ritmo, que hacen que en varios momentos la película resulte lenta; otro, la previsibilidad. También están las incongruencias narrativas; la que más canta, la evolución "profesional" del personaje de Phoenix, aunque también se pueden destacar algunas escenas concretas, como el segmento de acción de la recta final. Además, los diálogos resultan en ocasiones ridículos, ya que Gray intenta introducir algunas expresiones a lo Scorsese/Tarantino/Ritchie y fracasa (se me ocurre ahora mismo "Mickey Mouse"); por otra parte, hay también un buen número de frases hechas rebuscadas que no cuajan y que a veces ni funcionan dentro del contexto (¿"Si te casas con un mono no te quejes de que huela a plátanos"?). Eso sí, también hay alguna acertada, como una de las que dice el personaje de Wahlberg: "Más vale que te juzguen doce a que te entierren seis".
La dirección notable es el aspecto más positivo, y resulta especialmente destacable en dos escenas de acción (la redada a la que sigue un salto temporal y la persecución en coche), así como en la visita al lugar donde el malo, que, eso sí, tiene muy poco carisma, prepara la droga; es ésta una escena oscura, siniestra y casi onírica. El tono en general es tétrico, muy adecuado para lo que se narra, por lo que, sin alcanzar la intensidad de aquella, recuerda un poco a Promesas del Este. La ambientación en general es muy ochentera, tanto en la ropa como en la música, quizá incluso exageradamente.
Lo mejor del reparto es, sin duda, un Joaquin Phoenix con unos cuantos kilos de más, que además, como digo, pasa en pantalla prácticamente todo el metraje. Éste es uno de los mejores papeles de su carrera, claro que no llega al nivel interpretativo que alcanzó en En la cuerda floja. Mark Wahlberg está bastante soso, aunque ya ha demostrado, en Infiltrados, Boogie Nights o la propia La otra cara del crimen, que puede ser un buen intérprete, aunque lo cierto es que su personaje no necesita una gran variedad de registros. Robert Duvall interpreta su papel a la perfección, básicamente porque es el mismo que lleva interpretando durante buena parte de su carrera. En cuanto a Eva Mendes... su mejor aportación al filme es la escena inicial. En lo artístico, bueno, por lo menos lo intenta. Además, su personaje está de relleno y resulta bastante irritante.
En conclusión, La noche es nuestra es una obra interesante, que no destaca demasiado dentro de su género pero que tampoco es despreciable gracias a su protagonista, a la dirección y a la intensidad dramática que alcanza en ocasiones. Merece la pena verla, a pesar del guión mediocre y de que hay mucho que viene de otras películas (recuerda a El clan de los irlandeses, a Infiltrados, a Casino, a la ya mencionada Promesas del Este... incluso ese balazo tan curioso lo vimos ya en Serpico).
Valoración: 6,5/10.
Guión: James Gray.
Reparto: Joaquin Phoenix, Mark Wahlberg, Robert Duvall, Eva Mendes, Alex Veadov, Antoni Corone, Danny Hoch, Moni Moshonov.
Cada vez es más difícil innovar en un género tan cerrado como es el cine de gángsters. Aun así, el año pasado sin ir más lejos pudimos disfrutar de dos propuestas verdaderamente interesantes y radicalmente distintas entre sí: American Gangster, que sin contar con demasiados elementos novedosos conseguía ser un filme muy sólido, y Promesas del Este, que recreaba con la sordidez y la crudeza típicas de Cronenberg el oscuro mundo del hampa. La siguiente película de mafiosos interesante que nos ha llegado es La noche es nuestra, de James Gray, director de Little Odessa y La otra cara del crimen, centradas en el aspecto familiar dentro de lo criminal. La primera no he podido encontrarla; la segunda, aunque bien dirigida e interpretada, tenía problemas en el guión y en el ritmo narrativo.
Bobby Green trabaja como encargado de una discoteca propiedad de un narcotraficante, que lo considera casi un miembro de su familia. Sin embargo, la verdadera familia de Bobby son su padre y su hermano, ambos policías. Cuando estos inician los intentos de capturar al sobrino del jefe de Bobby, que opera en su local, deberá decidir dónde residen sus lealtades.
Nos encontramos con una película con características similares a las que ha venido mostrando el resto de la filmografía de Gray, que ya he mencionado antes: la centralidad de lo familiar y los fallos de guión. La familia sirve aquí para alcanzar una intensidad dramática bastante conseguida, en especial gracias a la actuación de Phoenix, que soporta el peso de las dos horas que dura el filme, además de para proveer de un punto de vista muy bien encontrado, por lo ambiguo (en un principio).
Los fallos del guión son varios. Unos son los problemas de ritmo, que hacen que en varios momentos la película resulte lenta; otro, la previsibilidad. También están las incongruencias narrativas; la que más canta, la evolución "profesional" del personaje de Phoenix, aunque también se pueden destacar algunas escenas concretas, como el segmento de acción de la recta final. Además, los diálogos resultan en ocasiones ridículos, ya que Gray intenta introducir algunas expresiones a lo Scorsese/Tarantino/Ritchie y fracasa (se me ocurre ahora mismo "Mickey Mouse"); por otra parte, hay también un buen número de frases hechas rebuscadas que no cuajan y que a veces ni funcionan dentro del contexto (¿"Si te casas con un mono no te quejes de que huela a plátanos"?). Eso sí, también hay alguna acertada, como una de las que dice el personaje de Wahlberg: "Más vale que te juzguen doce a que te entierren seis".
La dirección notable es el aspecto más positivo, y resulta especialmente destacable en dos escenas de acción (la redada a la que sigue un salto temporal y la persecución en coche), así como en la visita al lugar donde el malo, que, eso sí, tiene muy poco carisma, prepara la droga; es ésta una escena oscura, siniestra y casi onírica. El tono en general es tétrico, muy adecuado para lo que se narra, por lo que, sin alcanzar la intensidad de aquella, recuerda un poco a Promesas del Este. La ambientación en general es muy ochentera, tanto en la ropa como en la música, quizá incluso exageradamente.
Lo mejor del reparto es, sin duda, un Joaquin Phoenix con unos cuantos kilos de más, que además, como digo, pasa en pantalla prácticamente todo el metraje. Éste es uno de los mejores papeles de su carrera, claro que no llega al nivel interpretativo que alcanzó en En la cuerda floja. Mark Wahlberg está bastante soso, aunque ya ha demostrado, en Infiltrados, Boogie Nights o la propia La otra cara del crimen, que puede ser un buen intérprete, aunque lo cierto es que su personaje no necesita una gran variedad de registros. Robert Duvall interpreta su papel a la perfección, básicamente porque es el mismo que lleva interpretando durante buena parte de su carrera. En cuanto a Eva Mendes... su mejor aportación al filme es la escena inicial. En lo artístico, bueno, por lo menos lo intenta. Además, su personaje está de relleno y resulta bastante irritante.
En conclusión, La noche es nuestra es una obra interesante, que no destaca demasiado dentro de su género pero que tampoco es despreciable gracias a su protagonista, a la dirección y a la intensidad dramática que alcanza en ocasiones. Merece la pena verla, a pesar del guión mediocre y de que hay mucho que viene de otras películas (recuerda a El clan de los irlandeses, a Infiltrados, a Casino, a la ya mencionada Promesas del Este... incluso ese balazo tan curioso lo vimos ya en Serpico).
Valoración: 6,5/10.
1 comentario:
Por fin, esta la he visto!!!!! a pesar de que me gusta, no soy muy "cinica" por falta de tiempo,pero intento estar al día más o menos.
He llegado hasta aqui porque te he leido varias cosas en Ciao y porque la entrada que haces en este blog me ha gustado especialmente.
En el Ciao soy tiririri, en la vida real Yance, te invito a conocerme en mi blog recientemente estrenado.
Un placer leerte, por cierto, la peli me gustó. Besos
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