sábado, 7 de marzo de 2009

Watchmen

Dirección: Zack Snyder.
Guión: David Hayter, Alex Tse (novela gráfica de Alan Moore).
Reparto: Patrick Wilson, Malin Akerman, Billy Crudup, Jackie Earle Haley, Matthew Goode, Jeffrey Dean Morgan, Carla Gugino, Matt Brewer, Robert Wisden.


Watchmen. Hm. Me cuesta empezar, más de lo normal. Comparto la extendida afirmación de que Watchmen es la mejor novela gráfica (de aquí en adelante, "cómic", término impreciso, pero más corto y menos pedante) de la historia; sin embargo, hay que tener en cuenta que no soy un experto en el medio, ni mucho menos. No voy a elogiar -en esta introducción, al menos- la obra de Alan Moore, conocido últimamente por las, en mayor o menor medida, erróneas adaptaciones al cine de tres de sus obras magnas: From Hell, V de Vendetta y La liga de los hombres extraordinarios. Considero comprensible mi grado de acojonamiento al saber que a) se iba a hacer la película y b) el director sería el de 300; bueno, pero en la acción. Y obsesionado con las variaciones entre slow y fast motion. Pero, al final, he quedado bastante contento. Doy paso a sinopsis, crítica y probables divagaciones.

Watchmen se contextualiza en unos años 80 alternativos, con dos divisorias clave en relación a la realidad. La primera de ellas es la aparición, durante los 40, de un grupo de personas que se dedicaban a combatir el crimen disfrazados, por motivos diversos (dinero, fama, justicia, adrenalina, sadomasoquismo); la segunda, el elemento base de la diferenciación de este mundo paralelo: el Dr. Manhattan (Billy Crudup), una especie de superhombre surgido de un fallo científico. El nacimiento de Manhattan, además de dejar obsoletos a los héroes enmascarados (los "Vigilantes", o "Watchmen"), da como resultado algo mucho más importante: el miedo, el miedo de una humanidad que ve cuestionados su existencia, valores y creencias, el miedo de la URSS a unos Estados Unidos que poseen un arma insuperable, temor que da como resultado una guerra nuclear inevitable. O casi. La trama se centra en la investigación de Rorschach (Jackie Earle Haley), único héroe enmascarado que sigue en activo tras la ilegalización de los suyos, sobre la muerte del Comediante (Jeffrey Dean Morgan), antiguo Vigilante que había pasado a trabajar para el gobierno.


La película empieza con la muerte del Comediante. Esto, en el cómic, se resuelve en un par de viñetas, en que le vemos recibiendo un par de golpes y cayendo al vacío a través de un cristal. Poco más. Sin embargo, Snyder se recrea, rodando una pelea estilizada y brutal de tres o cuatro minutos que recuerda a alguna de las de Kill Bill, por ejemplo. Y eso me asusta. Durante la película esto sucederá varias veces más; en el cómic hay un par de luchas, pero son, como el asesinato del Comediante, breves y sucias. Snyder, como era de esperar, añade algunas más, las convierte todas en un (supuesto) espectáculo de artes marciales y las satura de mutilaciones, efectos de sonido y, sobre todo, de esas putas alternancias entre cámara rápida y cámara lenta que tan propias le son y que tanto detesto.

Las peleas fashion à la Snyder minan una de las características básicas del original: la desmitificación del superhéroe. Se conserva la oscuridad de las personalidades (de la que hablaré más adelante), las motivaciones, los hechos, pero no ese realismo físico con el que todos, excepto, claro está, el Dr. Manhattan, contaban. Porque, si bien se describía a algunos de los protagonistas como personas en un estado físico que rozaba la perfección, aquí hay ostias típicamente sobrenaturales. Pero las perdono en la medida de lo posible, porque responden -aparte de a los gustos personales del director-, obviamente, a una finalidad comercial, que hace digerible un producto que, por sus singularidades, de otra forma sólo vendería por la estética. Y gracias.

Tras la escena inicial, el famoso emblema del Comediante, la carita sonriente manchada de sangre, se funde con los títulos de crédito iniciales. A ritmo de The times they are a-changing (tema mencionado en el cómic; la banda sonora, bastante obvia, recoge un par canciones citadas por Moore, así como otras con fines de contextualización temporal), y con una estética retroficticia que plasma el dibujo de Dave Gibbons de un modo impecable y precioso, Snyder se me mete en el bolsillo, condensando perfectamente en unas pocas imágenes (además de añadir un guiño oscuro y divertido sobre la muerte de Kennedy, que me ha encantado y prefiero no revelar) buena parte de lo que Moore narra en los documentos anexos a cada volumen de su obra: la evolución y decadencia de la primera generación de héroes enmascarados, a los que seguirían los protagonistas de la historia.


Los personajes son una de las verdaderas razones de ser de Watchmen. Intentaré no extenderme infinitamente en este sentido, pero me resultará complicado. Hay cinco protagonistas, aparte del Dr. Manhattan, único resto de los Vigilantes. Ozymandias /Adrian Veidt (Matthew Goode, el peor del reparto), un megalómano superdotado que se retiró antes de la ilegalización de los enmascarados y reveló su verdadera identidad para así crear un imperio económico; ahora -en la película, en el cómic no es exactamente así- trabaja juntamente con Manhattan para descubrir una fuente de energía alternativa inagotable. El Búho Nocturno/Dan Dreiberg (Patrick Wilson, bastante soso, pero fiel), el más plano de los héroes, el único que concebía su trabajo siguiendo el patrón típico, infantil, de "hacer el bien", y cuyos sentimientos por su vieja ocupación son una mezcla entre añoranza y desengaño. El Espectro de Seda/Laurie Juspezscyk (Malin Akerman, sobreactuada), a la que su madre, antigua enmascarada, forzó a seguir sus pasos cuando se retiró. Siendo el menos interesante -y el más irritante- de los personajes principales, Laurie es el único vínculo sentimental del Dr. Manhattan con la humanidad. Lo cual importa, y mucho.

La muerte del Comediante/Edward Blake desencadena, por así decirlo, la trama "real". No obstante, Watchmen está construida por medio de flashbacks, sin los cuales ni sería comprensible ni poseería su grandeza. Así, el Comediante se convierte en otro personaje principal (el más secundario de entre estos, eso sí) gracias a los recuerdos del resto de protagonistas. Por medio de ellos descubrimos a uno de los personajes más complejos y atrayentes que ha dado el cómic -lo mejor es que ni siquiera es el más complejo y atrayente de Watchmen-: un héroe enmascarado que es, en realidad, un mercenario amoral, un misántropo y un nihilista, un violador y un sádico, un hombre que "ha visto la verdadera cara del mundo y ha decidido convertirse en una parodia de éste". Magistral.


Y luego está Rorschach. Rorschach, considerado por la mayoría el mejor personaje (no por mí; mi favorito es Manhattan), es algo así como un Batman desquiciado. No por ser rico y utilizar gadgets varios -en ese sentido, Batman está representado en el Búho Nocturno-, sino porque es el resultado de un trauma. O de un trauma tras otro, más bien. El problema de este Rorschach radica en el error de Snyder al reducir su background; no es que suprima una gran cantidad de información, sino que todo lo que nos cuenta Moore sobre el pasado del personaje es fundamental para su comprensión, y Snyder no nos dice nada sobre el acontecimiento exacto que le hizo tomar la decisión de combatir el crimen, aunque sí nos cuenta por qué radicalizó sus métodos. Además, su perfil psicológico se nos revela de un modo apresurado; es éste el único momento de la película en que he tenido esa sensación, lo cual es un punto a favor. Sin duda, me estoy poniendo quisquilloso, pero es que, si el personaje así trasladado ya resulta genial, ese pequeño detalle lo habría pulido. Y, aunque la interpretación de Jackie Earle Haley (al que conozco por Juegos secretos, donde está impresionante) es genial, su doblaje al castellano no le hace justicia en absoluto.

Finalmente, el personaje más importante: Jon Osterman/Dr. Manhattan. Osterman es un físico que adquirió, a causa de un accidente, el control total sobre la materia a nivel subatómico, la capacidad de teleportarse y una visión simultánea de todos los planos temporales; en palabras de uno de los personajes, "Dios existe y es americano". Con todo lo que eso comportaría; como ya he dicho en el apartado de la sinopsis, Manhattan es el por qué de la situación de crisis nuclear inminente. Por mucho que su clarividencia y su poder hayan hecho posibles la aparición de avances tecnológicos inimaginables. Es el personaje que más interesante me resulta, no sólo por el hecho de que abre ese universo alternativo "realista" (puesto que, en cualquier otro cómic, un ser de estas características no cambiaría el mundo de un modo tan oscuro, simplemente se adaptaría a él de un modo totalmente absurdo), sino también por el profundo estudio que se realiza de la extinción de su humanidad y por su posición externa, neutral, pragmática hasta el escalofrío, que da lugar a muchas frases de la contundencia de "Un cuerpo vivo y uno muerto contienen el mismo número de partículas. Estructuralmente no hay diferencia. Vida y muerte son abstracciones no cuantificables".


Hay en Watchmen una riqueza filosófica enorme, representada por los diferentes personajes: el nihilismo en el Comediante, el utilitarismo en Ozymandias, el absolutismo en Rorschach, el determinismo en Manhattan. Todos estos puntos de vista tienen una originalidad extrema dentro de una historia que, en teoría, va de superhéroes. Pero en realidad todo es una excusa para la reflexión sobre aspectos comprometidos y oscuros de temas como pueden ser la justicia, la moral o -y por encima de todo- la naturaleza humana. La profundidad de pensamientos que baña Watchmen hace que no se pueda atribuir a Moore un mensaje concreto: hay un desprecio profundo por la humanidad, pero también un canto a la vida. En cualquier caso, queda un poso de pesimismo incuestionable.

Me es imposible pensar en el Watchmen de Zack Snyder de un modo imparcial: me encanta el cómic, soy conocedor de todo lo que éste contiene, y lo veo reflejado en la película. Pero, ¿puede hacer lo mismo un espectador que no esté condicionado a priori? ¿Es la película verdaderamente tan compleja psicológicamente como el cómic? Y, si lo es, ¿es posible asimilar todo lo que se nos dice con la traslación desde un medio mucho más pausado, adaptable, al cine, en que el espectador no tiene ninguna capacidad de participación, sino que todo queda en manos de directores, guionistas y montadores? Se me escapa.

Como he mencionado antes, Watchmen está construida mediante flashbacks, que tienen tanta importancia -y ocupan el mismo metraje- que la trama principal (la investigación de Rorschach sobre la muerte del Comediante y los sucesos que tienen lugar alrededor). Esto es la causa de una estructura argumental muy particular, en que el ritmo se diluye y no cobra verdadera importancia hasta la recta final, puesto que previamente los acontecimientos son prácticamente una introducción, además de, por descontado, un análisis profundo de los "héroes". Esta forma de contar la historia (o las historias, más bien) no me parece tan adecuada para el cine como para el cómic. En la obra de Moore, la mayor parte de los doce capítulos está centrada casi exclusivamente en un único personaje; aquí, eso se traduce en una sucesión de flashbacks unipersonales, lo cual puede provocar fácilmente tedio en el espectador, si no se mentaliza de que lo que está viendo es un estudio sobre personajes, en que todo forma parte, aunque no todo conduce, a un desenlace brutal.


Es esta conclusión el único punto en que Snyder se atreve a alejarse del original. Mediante una decisión propia, además de acortar sensiblemente un metraje ya de por sí extenso, el director toma la idea clave del desenlace del cómic y la enlaza con una mayor naturalidad al resto de la historia, eliminando el único elemento que chirriaba -mínimamente- en la obra de Moore. Sin embargo, la esencia se mantiene. Cambia, levemente, el medio, no el fin. Y no cabe duda de que acierta.

Watchmen es en sí un debate filosófico de gran calibre, profundo y negro. Eso se mantiene en la película, aunque, como en la novela gráfica, será indispensable más de una exposición a la obra para poder captarla en su total complejidad. Pero es, además, una desmitificación retorcida y dolorosa de la figura del enmascarado, un acercamiento a la credibilidad, en cuanto a cómo sería verdaderamente un superhéroe sin poderes (Rorschach, el Búho, el Comediante...), pero también a cómo afectaría la existencia de un ser sobrenatural (Dr. Manhattan) a la humanidad. Y eso también está conseguido, aunque queda lastrado por los fines puramente comerciales de las (por suerte, no excesivas) peleas, tan propias del resto de películas del género. La fidelidad y el respeto por la obra de Moore son innegables, pero no tanto la adecuación de Watchmen al medio cinematográfico; para apreciarla en toda su grandeza, es necesario leer la novela gráfica. Imprescindible. Por mi parte, espero el montaje del director (cuarenta minutos extra) con ansias erectizantes.


Valoración: 8/10.

4 comentarios:

Valerian dijo...

Buenas, sólo decir que sigo desde tiempo ha en silencio las críticas que haces. Mas, las sigo por rss. Sin embargo, quería comentarte que si bien en el rss se ven bien las crónicas, en la página hay algunas imágenes que se te cortan.

Un saludo y a seguir con ello (o no, lo que quieras, pero si actualizas yo leeré xD)


dijo...

LA VI MUY BUENA PELI, ME GUSTO TU CRITICA. LES DEJO EL ENLACE DONDE PUEDEN VERLA ONLINE :

http://www.peliculasid.com/watchmen-la-pelicula/

ESPERO LA DISFRUTEN!

DEMIANRASTA

Anónimo dijo...

Esto es lo mejorcito que se ha hecho desde Donnie Darko!

Anónimo dijo...

lo que yo queria, gracias