miércoles, 13 de agosto de 2008

El caballero oscuro

Título original: The Dark Knight.
Dirección: Christopher Nolan.
Guión: Jonathan Nolan, David S. Goyer, Christopher Nolan.
Reparto: Christian Bale, Heath Ledger, Aaron Eckhart, Gary Oldman, Maggie Gyllenhaal, Michael Caine, Morgan Freeman, Eric Roberts, Monique Curnen, Chin Han, Nestor Carbonell, Ron Dean, Cillian Murphy.


Estuve bastantes semanas, puede que hasta meses, con unas ganas impresionantes de ver la nueva película de Batman. Batman Begins me encantó, a pesar de no ser una maravilla cinematográfica, por lo que aportaba de novedoso al creciente(mente coñazo) panorama superheroico, del que hablé en mi crítica de Hancock: un tono cuasirealista y oscuro. Después de que los hijoputas de Flixster me restregaran (involuntariamente, espero) desde principios de julio lo enorme que era The Dark Knight, conseguí hace sólo una semana olvidarme de ella al ver Wall-E, a la que, como ya comenté, le tenía ganas pero no tantísimas. Comento.

La tarea de Bruce Wayne como Batman, el protector de Gotham, parece ir a buen puerto con el auge del fiscal del distrito, Harvey Dent, en quien ve a un sucesor legal para la lucha anticriminal que realiza. En el otro bando, para proteger su posición, la mafia contrata al Joker, un criminal sin moral ni más objetivo que la consecución del caos y la derrota de aquel al que considera su opuesto: Batman.


Lo mejor de El caballero oscuro es que es muy difícil decidir qué es lo mejor. No puedo elegir sólo una cosa, así que escogeré tres: el ritmo, el tono y, por supuesto, el Joker. La acción comienza en el primer minuto y prácticamente no cesa, logrando una sensación de clímax constante que me ha recordado a la que sentí en Magnolia, claro que aquí no hay lugar para el malestar que provocaba aquella. En cuanto al tono, como ya he dicho lo que más me gustaba de Begins era que resultaba creíble y oscura; sin embargo, ambos adjetivos quedan en cierto modo anulados por su secuela: el realismo aquí, además de apartarla, me arriesgo a decir, de cualquier película superheroica, es engrandecido por la rabiosa (cómo me gusta este adjetivo) actualidad del discurso, y la oscuridad, bueno, es quizá la misma base de la película. Aquí todo vale; ningún personaje es intocable, y la trama no resulta previsible, como sí lo era la de Begins. Será parcialmente previsible, por supuesto, para quien haya leído algún cómic, pero eso es lo lógico.

El Joker es un punto aparte. Sin contar el morboso atractivo que puede ser para mucha gente el ver al lamentablemente fallecido Heath Ledger en el que no sólo es el último sino también sin duda, y como se comenta, el mejor papel de su carrera, lo cierto es que nos encontramos con uno de los mejores villanos que ha parido el cine en toda su historia. Atrás queda, como todo lo demás de los Batman de Burton (porque, aceptémoslo, lo único verdaderamente destacable era, además de la reinvención del personaje, la puesta en escena; cinematográficamente no valían gran cosa), el papel de Nicholson; a pesar de que sí se trataba de una muy buena interpretación, no se puede comparar con la de Ledger por el simple motivo de que El caballero oscuro es mucho mejor que Batman. Ya sobre el guión es éste un malo espléndido, que tiene las, por así decirlo, cualidades de aquél pero multiplicadas y oscurecidas: el adjetivo que más fácilmente viene a la cabeza al ver el papel de Nicholson es "hijodeputa" (equivalente psíquicoautomático de "sádico"); para el de Ledger no existe adjetivo. Los hermanos Nolan y Ledger consiguen componer un personaje genialmente cruel y amoral que incluso consigue hacer sentir al propio espectador como un cabrón. Basta ver cualquiera de sus escenas, aunque personalmente me quedo con el momento "Voy a hacer desaparecer este lápiz". Sencillamente magistral. Es este Joker la personificación de aquello que Batman no puede derrotar: la falta de principios, de objetivos y de lógica. ¿Cómo vencer a alguien que pretende simplemente destruir al Murciélago, sin limitación alguna, sin que éste renuncie a sí mismo? Luchar, quizá; vencer...



El resto del reparto no desmerece en absoluto. Es más, sin Ledger aún sería el de El caballero oscuro un elenco interpretativo sobresaliente. Michael Caine y Morgan Freeman, sin apartarse de sus papeles típicos, funcionan perfectamente como secundarios de lujo; Eric Roberts, Monique Curnen y Nestor Carbonell me han llamado la atención por realizar buenos trabajos a pesar de que sus carreras se limitan, que yo sepa, a lo televisivo (los recuerdo por Heroes, House y Lost -¡ah, Lost!-, respectivamente; también hay en la escena inicial un cameo de William Fichtner, de Prison Break); Maggie Gyllenhaal, una de mis actrices favoritas, no está especialmente lucida aunque sí salva un personaje muy poco llamativo y supera con creces, tarea no muy difícil por otro lado, a Katie Holmes; sobre Christian Bale, ¿a alguien le cabe aún duda sobre si es o no el mejor Batman? Aparte de la de Ledger, las mejores interpretaciones me han parecido la de Aaron Eckhart, para mí un desconocido, que aquí es Harvey Dent, el fiscal del distrito, y especialmente la de Gary Oldman, cuyo personaje, el teniente Gordon, tiene una relevancia mucho mayor que en Begins, por lo cual tiene la oportunidad de demostrar sus cualidades interpretativas, desentrenadas desde hace muchos años.

En cualquier caso, casi cualquier cosa que se puede (o, más bien, "puedo") decir de El caballero oscuro es buena. Las escenas de acción son impresionantes; algunas de ellas, estando rodadas con cámara de IMAX (que por cierto, qué daría yo por verla en un IMAX), resultan una experiencia visual difícilmente comparable a las de casi cualquier película de acción que se me ocurra. El humor está presente en dos formas: el sádico del Joker, que ya he comentado, y el irónico tirando a blanco del resto de personajes, principalmente de Alfred, el mayordomo, y de Fox, el experto en tecnología, que resulta también muy divertido aunque no es especialmente destacable. En el segmento inicial hay, además, lo que me ha parecido un par de guiños a los lectores de los cómics, relacionados con el personaje de Dent. Curiosidad, nada más.


Por supuesto, hay unos cuantos aspectos que no me han convencido. Iré de menor a mayor importancia. En primer lugar, la práctica omnipresencia de la música me ha resultado algo molesta. En segundo lugar, a poco más de la mitad de la película, creo recordar, tiene lugar un momento tremendamente deus ex machina que, por mucho que me haya resultado un alivio, no deja de ser un truco fácil y argumentalmente un poco una mierda. Finalmente, la evolución de cierto personaje no me ha gustado demasiado; prefiero no entrar en detalles para quien no conozca, por los cómics o por lo que sea, cosas sobre tal personaje, pero los motivos que lo impulsan a dar un giro me han resultado algo confusos y no totalmente justificadores. Además, la trama que se desarrolla en la recta final en relación a su personaje se siente algo descolgada de la historia principal; no os preocupéis demasiado cuando veáis la película: finalmente todo acaba encajando. Hay un cuarto punto en que no me he sentido totalmente contento con El caballero oscuro, pero es un punto mucho más personal que las anteriores: el personaje del Espantapájaros, por grado de relevancia el segundo villano de la primera entrega, y en realidad mejor que el malo principal, tiene un papel también en esta secuela; sin embargo, su aparición se limita a una escena introductoria. Teniendo en cuenta lo enorme que es Cillian Murphy y lo interesante que fue su Espantapájaros, no puedo evitar tener una leve sensación de decepción. Casi habría preferido no verlo, porque verdaderamente no había más lugar en la trama para otro villano relevante.

El caballero oscuro es, pues, una película muy pretenciosa, pero por suerte forma parte de ese limitado grupo de obras ambiciosas que consiguen sus objetivos; en este caso, el de pasar de ser una simple peliculilla de superhéroes, un buen entretenimiento, a una película de acción de calidad, un thriller de proporciones épicas, que logra la complicada tarea de resultar creíble a pesar de su fastuosidad, algo a lo que, como ya he dicho, Batman Begins ya apuntaba, reflejando de paso los miedos de la sociedad post 11-S de forma aplaudible. Muy posiblemente es esta la mejor unión de cine comercial y cine de calidad hasta la fecha. Una de las pocas películas recientes que me han hecho sentir que no es una pérdida de tiempo ser un cinéfilo. He dicho. Lo que me temo es, claro está, que la jodan con una tercera parte, que estoy convencido de que se hará (es que, joder, sólo hay que fijarse en la recaudación) y estoy convencido de que no será tan buena como ésta, pero espero que sea al menos digna; cuando Nolan diga que se encargará de ella, respiraré aliviado. Al menos un poco.

En fin, que ¿qué puta gilipollez es esa de que segundas partes nunca fueron buenas? ¿Es que nadie ha visto El imperio contraataca, Terminator 2, El Padrino II, Terroríficamente muertos... y ahora El caballero oscuro? Por amor de...


Valoración: 8,5/10.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

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